Enfoque sostenible, clave para competir
Cristián Bastián Socio Principal KPMG
- T+
- T-
Cristián Bastián
Nos encontramos en un mundo hiperconectado, donde la comunicación es instantánea y el mercado, las empresas y la sociedad enfrentan una profunda transformación, con un escenario global donde clientes-ciudadanos son cada vez más demandantes y con nuevos hábitos de consumo.
Esto conlleva una nueva participación en la sociedad y capacidad para responder a la ola de cambios que avanzan a una velocidad vertiginosa, para la cual pocas organizaciones están preparadas.
Esta nueva realidad ha provocado una diferencia entre lo que la sociedad entiende por sostenibilidad y lo que a los directores les viene a la mente al ser preguntados por ella. En la era de las redes sociales, el “hacer” de las empresas sufre un escrutinio público permanente, que va más allá de los servicios o productos que ofrecen, sino que están siendo observadas cuidadosamente en cómo ellas están respondiendo a todos sus grupos de interés.
El origen de esta preocupación y de la importancia que se otorga al actuar en los negocios, radica en la demanda social hacia un nuevo rol, que debe tener en cuenta no sólo a los clientes, sino a todos los grupos de interés y también las potenciales repercusiones en las comunidades donde están insertas.
Atravesamos un momento histórico de cambios, rápidos y profundos, con grandes oportunidades económicas, pero también grandes riesgos. Por ello es tan importante poder anticiparse a las tendencias y adaptarse a los nuevos retos, y por sobre todo exige una nueva mirada sostenible y de largo plazo.
Las empresas deben asimismo transformarse para poder competir en este nuevo mundo globalizado e interconectado, que también les exige realizar las inversiones necesarias en tecnología e innovación. Este desafío debe abordarse como país, de manera tal que impulse esta transformación y una nueva mirada que refuerce el valor de las empresas, como un factor importante y crucial para el desarrollo de la sociedad.
Las actuales agendas de los directorios deben estar alineadas y ser capaces de interpretar las nuevas prioridades y desafíos de las empresas que dirigen y de la sociedad, que exigen un marco distinto en la toma de decisiones e inversiones, que deben contar con objetivos de desarrollo sostenible, tratando de focalizarse así sobre los aspectos clave de la creación de bienestar a través de un modelo más integral.
La confianza en el mercado es vital, y en la actualidad es sinónimo de la capacidad competitiva de las empresas. Ellas deben comunicarse asertivamente y dar a conocer no sólo su información financiera, sino también la información no financiera que permita entender mejor cómo y qué están haciendo. No hay duda de que el reporte de la responsabilidad social corporativa ha crecido exponencialmente en los últimos años. De hecho, según el estudio de KPMG “El camino por recorrer”, en la actualidad el 93% de las compañías a nivel global incluye ya información no financiera en sus reportes.
Este cambio nos envuelve a todos y como país debemos comprender y adaptarnos a este proceso de transformación a partir del cual surgirá una economía y una sociedad más sostenible, innovadora y más sólida.